El británico Andy Murray se consagró campeón en Wimbledon al derrotar en la final al canadiense Milos Raonic 6-4, 7-6 (7/3) y 7-6 (7/2), en 2 horas y 48 minutos de partido.
Andy Murray. (Getty Images) |
Los británicos debieron esperar 77 años para que un hijo de esas tierras pudiese ganar en Wimbledon y tres años después Andy volvió a levantar el trofeo aunque no ante el rival que él hubiese pensado enfrentar en el comienzo de la competencia. El tercer título de Gran Slam lo consiguió el jugador nacido en Escocia en el Abierto de los Estados Unidos en el 2012.
La solidez de Murray con el servicio, especialmente el primero, fue uno de los baluartes de su victoria ya que cedió apenas nueve puntos (60/69) y si bien se repartieron los tiros ganadores (39) por lado, el jugador local cometió menos de la mitad de errores no forzados.
Murray falló una chance de break en el tercer juego pero en el quinto logró el quiebre en la segunda oportunidad cerrando luego con su saque si contratiempos. En la segunda manga las oportunidades continuaban siendo del británico quien falló una chance para quebrar en el primer game, en el tercero y tres más en el noveno pero en el tie break dominó de principio al fin poniéndose rápidamente 6/1.
Raonic dispuso de sus únicas oportunidades claras para entorpecer el camino hacia el título del campeón en el tercer set donde tuvo las únicas chances para quebrar en el quinto juego pero Murray logró salir airoso debiendo dilucidar la suerte del parcial en un nuevo desempate y donde el campeón repitió los mismos guarismos del anterior poniéndose rápidamente 3/0 y luego 6/1 y consagrándose en el segundo punto de partido.
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