Ferrer, el malo de la película

David cortó una sequía de siete derrotas.
(Gentileza sitio del torneo)

El duelo entre españoles correspondiente a los cuartos de final del Abierto de Australia fue ganado en forma brillante por David Ferrer, quien superó en sets corridos a Rafael Nadal.
Una extraordinaria actuación le permitió al valenciano superar a su amigo Rafa por 6-4, 6-2 y 6-3, en 2 horas y 33 minutos de juego.
Nuevamente, al igual que en todos los partidos en que el mallorquín es superado, un manto de dudas se cierne sobre la legitimidad del triunfo del adversario de turno.
El número uno del mundo intentó restarle importancia al problema en el muslo de la pierna izquierda, ya que dijo que parece que siempre tengo problemas cuando pierdo y no quiero cargar con esa imagen.
Nadal prefirió dar crédito a la extraordinaria actuación de su compatriota -que de hecho fue así-, quien cortó con una sequía de siete derrotas consecutivas ante el mejor jugador del momento.
Ferrer ganó con este su noveno partido consecutivo en la temporada, ya que viene de triunfar en Auckland.
El número uno del mundo perdió de esta forma la posibilidad de conquistar El Grand Slam, ya que había triunfado en los tres Grandes anteriormente con 25 victorias consecutivas.
Los 44 tiros ganadores de Ferrer, contra los 19 de su adversario, hablan a las claras del desarrollo del match, entre dos jugadores que se caracterizan por defender muy bien y correrlas todas.
El primer parcial fue el que marcó decididamente el desarrollo posterior del encuentro ya que duró 1 hora y 10 minutos de juego.
Ferrer manifestó una vez finalizado el encuentro, que sabía perfectamente que si quería derrotar a su amigo y compañero de la Davis, debía atacarlo y desbordarlo para lograr el objetivo.
En semifinales, Ferrer enfrentará al escocés Andy Murray, quien superó al ucraniano Alexandr Dolgopolov.

MURRAY COMPLETÓ EL PÓKER
El número cinco del ranking tuvo que batallar por 3 horas y 6 minutos de juego para doblegar la resistencia de la sorpresa del torneo.
Dolgopolov tuvo muchos problemas en el comienzo, ya que le costó manejar la ansiedad y los nervios de estar disputando ni más ni menos que un lugar en las semifinales de un Grand Slam.
El ucraniano hizo gala de un tenis atrevido y sin un patrón definido de juego, por momentos lujoso, pero cargado de muchos errores.
Los 77 errores no forzados así lo certifican, bastante más que el doble que su rival, quien realizó 34.
También hay que destacar que Dolgopolov superó ampliamente a Murray en tiros ganadores y si bien anotó 16 aces, su porcentaje de puntos ganados con el segundo servicio fue muy bajo, lo que le llevó a otorgar 18 chances de quiebre al británico, con siete rupturas.
Luego de ganar el primer parcial por 7-5, Murray intensificó su dominio sobre el ucraniano, ganando todos los puntos jugados con su servicio y con su saque, cerró el segundo set en la tercera chance.
El tercer segmento ganado en tie break por Dolgopolov, no fue suficiente par inquietar a Murray, ya que el ucraniano terminó agotado y en el inicio del cuarto parcial, Murray ganó catorce puntos consecutivos para terminar de desmoronar la resistencia de su rival y cerrar el match con relativa comodidad.
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