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domingo, 8 de julio de 2012

Loas al Rey Roger

El suizo Roger Federer derrotó al británico Andy Murray en cuatro sets, por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, en 3 horas y 24 minutos de partido, ganó su séptimo Wimbledon y desde mañana volverá a ser el número uno de la ATP.


Federer ganó su 7° Wimbledon.
(Getty Images)
A un mes de cumplir 31 años de edad, el suizo volvió a demostrar toda su categoría y prolongó la desazón de los británicos quienes hace 74 años no pueden ver a un hijo de esas tierras coronarse en el césped del All England.
Federer se repuso del set adverso y luego de la suspensión en el inicio del tercer set por la lluvia, su tenis fluyó de manera fantástica haciendo estéril todo intento de Murray por revertir su suerte llegando a frustrarlo en la parte final del cuarto parcial luego del break conseguido en el quinto punto.
Murray comenzó con mejores sensaciones que su rival y sacó provecho de los 16 errores no forzados cometidos por el nativo de Basilea (casi el 50% de las equivocaciones del partido) para quedarse con un primer set y soñar con que se podía.
En la segunda manga Federer redujo a la mitad las equivocaciones del parcial inicial y ello le permitió equiparar las acciones y sacando provecho de las cuatro oportunidades para quebrar desaprovechadas por su oponente, quebró en una de dos para igualar las cosas en un set por lado.

LA LLUVIA LO CAMBIÓ TODO
Luego del 1-1 inicial del tercer segmento, se tuvo que suspender el encuentro para colocar el techo y en la reanudación las cosas fluyeron de otra manera para Roger.
Federer continuaba reduciendo los errores en cambio sus tiros ganadores aumentaban con el correr del encuentro y en el sexto game se produciría un hecho que cambiaría radicalmente el destino del partido ya que el suizo logró quebrar en la sexta oportunidad en un game que duró casi 20 minutos y que le permitió sacar la ventaja necesaria para quedarse con la tercera manga.
La paridad del cuarto parcial se quebraría en el quinto punto cuando el helvético logró romper el saque de su rival para encaminarse definitivamente a la obtención del tercer Grand Slam de la temporada (su 17° título en su carrera), ya que enfrente ya no había más respuestas. Murray logró ganar su servicio y dejó a Federer que tenga que hacer lo mismo con el suyo si quería festejar y este no tuvo ningún inconveniente en hacerlo para quedarse, tal vez, con el más importante de todos.
A la hora de la premiación la emoción embargó a todos y el británico tardó varios minutos en poder balbucear algunas palabras ya que el nudo que tenía en la garganta se lo impedía.
Federer, por su parte, se mostró muy contento, especialmente porque en las tribunas estaban sus gemelas, quienes aplaudían muy alegres a papá sin tomar conciencia de lo que había logrado.
• Backswing

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