El argentino Ángel Cabrera concluyó 38° en el Players Championship luego de repetir los 71 golpes de la víspera y totalizar 286 (-2). Kaymer fue el campeón en un cierre que no será olvidado por mucho tiempo.
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| Martin Kaymer. (Getty Images) |
El Pato cerró la ida con dos birdies y un bogey, bajando increíblemente el par en los dos hoyos de par tres y no pudiendo lograrlo en los par cinco, los más factibles de hacerlo. Un nuevo acierto en el comienzo de los nueve finales le auguraban un buen cierre de torneo de cara al 11 y el 16, pero la sorpresa mayor fue el desempeño del jugador de Villa Allende quien subió esos hoyos terminando dos sobre el par en los cuatro hoyos de par cinco. Cabrera se despidió del torneo con dos muy buenas ejecuciones en el 18 dejándose un putt de dos metros para despedirse con un birdie.
KAYMER, UN JUSTO GANADOR
Luego de igualar el récord del campo en la primera ronda con 63 golpes y de mantenerse en la cima luego de los segundos 18 hoyos con doce bajo el par, el alemán Martin Kaymer perdió algo de protagonismo en la ronda sabatina permitiendo que el estadounidense Jordan Spieth lo alcanzara en lo más alto y pusiera en dudas sus posibilidades de repetir la victoria lograda en los Estados Unidos en el PGA Championship del 2010.
Spieth consiguió dos birdies en los primeros cuatro hoyos para pasar al frente en el torneo en lo que parecía que sería una tendencia favorable al joven estadounidense de 20 años que juega su segunda temporada en la máxima categoría del golf mundial pero no fue así ya que luego del error del hoyo 5, donde marcó el primer bogey del torneo en el hoyo 59, comenzó su debacle, nuevamente al promediar la ronda final al igual que en Augusta, subiendo el 8 y el 10 y no pudiendo hacer birdie en el par cinco del 9.
Kaymer había manifestado en la conferencia de prensa de la víspera que el secreto para ganar hoy era aprovechar los hoyos de par cinco y no cometer errores. El alemán siguió al pie de la letra su alocución anterior bajando el par en el 2 y en el 9, los dos hoyos de par cinco de la ida, repitiéndolo en el 11 lo que le daba una más que cómoda ventaja de tres golpes.
LA LLUVIA Y EL DRAMA
A cuatro hoyos del final y cuando todo parecía que sería un trámite para el europeo ya que sus rivales no lo presionaban, sonó la bocina que suspendía momentáneamente el juego por la caída de un rayo en los alrededores. Luego de 1 hora y 30 minutos de retraso se reanudó la competencia y comenzó el drama del alemán quien de tener todo controlado pasó a vivir una pesadilla.
Luego de fallar su tiro de salida en el 15 a los árboles de la izquierda, comenzaron las peripecias de Kaymer quien se retiró del green con un doble bogey como corolario de una serie de desaciertos. En el par cinco del 16 el alemán salvó a duras penas el par para mantener la exigua diferencia respecto de Jim Furyk quien ya había terminado el torneo con un registro de 66 golpes en la ronda final y esperaba un error más del alemán para forzar mínimamente un desempate.
Una dura prueba le esperaba al líder en el hoyo isla del 17 donde su ejecución estuvo a centímetros de irse al agua pero luego de un poco afortunado approach logró embocar un putt para par desde casi doce metros que le devolvió el alma al cuerpo ya que daba pena ver el rostro del jugador que no podía entender que cambió desde el dominio casi absoluto de dos hoyos atrás al presente que le tocaba vivir.
Sin dudas que las cosas cambiaron luego del 17 ya que si bien Kaymer no pudo alcanzar el green del 18 con el segundo tiro casi embocó para birdie desde afuera logrando posteriormente el par desde menos de un metro para quedarse con una merecida victoria cuando las luces naturales ya casi habían desaparecido debiendo prenderse los tableros electrónicos para mejorar algo la poca visibilidad.
• Backswing
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