Roger Federer se consagró campeón del ATP 500 de Dubai al derrotar en tres parciales al checo Tomás Berdych por 3-6, 6-4 y 6-3, en 1 hora y 58 minutos de juego.
Luego de la extraordinaria demostración desplegada en la víspera ante el serbio Novak Djokovic, el suizo comenzó a media máquina y cometiendo demasiados errores que le permitieron al checo, con muy poco, hacerse del dominio del match.
A pesar de no comenzar bien fue el helvético quien pegó primero quebrando el saque de Berdych aunque no lo pudo confirmar cediendo el suyo en el cuarto y octavo juego para perder sin atenuantes.
Federer se encontraba envuelto en un mar de errores y sin chances de recuperarse lo que favorecía el trabajo del checo quien con muy poco se las ingeniaba para profundizar el malestar de su rival.
En la segunda manga las cosas fueron de mal en peor luego del quiebre del checo que pareció que el partido se le terminaba de ir de las manos al suizo pero con mucha grandeza y vergüenza deportiva siguió buscando su oportunidad que llegó permitiéndole recuperar el break inicial y en el cierre del parcial volver a quebrar para igualar las cosas set por lado.
Federer continuó con el envión anímico en el parcial decisivo pero desaprovechó un 40-0 para quebrar en el segundo game aunque esto no cambió la actitud del suizo quien definitivamente había recuperado gran parte del juego de la víspera y en el cuarto game logró la ventaja que le permitiría ganar por octava vez el torneo y el 78° de su carrera deportiva.
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