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domingo, 25 de septiembre de 2011

El retroceso del golf argentino

Te acordás hermano...
A continuación transcribimos una nota realizada por Gastón Saiz y publicada en La Nación, al cordobés Ángel Cabrera sobre el actual momento del golf argentino, que ha sufrido un notable retroceso en los últimos tiempos, sin jugadores dentro de los 100 primeros en el ranking mundial, sin victorias y con muchos problemas para jugar dos rondas seguidas bien. “Es muy difícil mantenerse en el golf por mucho tiempo”, graficó el jugador de Villa Allende.
Aquellas dos postales inolvidables representaron hitos anormales para el golf argentino. Haber disfrutado de Ángel Cabrera levantando el trofeo del US Open en 2007 y calzándose el saco verde del Masters en 2009 fue un lujo que muy pocos países se pueden dar en este deporte. La obtención de títulos de Grand Slam, como en el tenis, es un episodio único, glorioso, exclusivo. El problema es lo que viene después de un suceso de este calibre. Y lo que vino después para nuestro golf fue una depresión grande de resultados, agudizada en 2011. Es cierto que no podemos pretender un Major para la Argentina todos los años, pero sí es esperable un rendimiento global muy superior al que se advierte en los últimos tiempos, si nos aferramos a los antecedentes.
El panorama no es alentador, además, si se considera que el golf olímpico volverá justamente a tierra sudamericana en Río 2016, y que el PGA Tour pide pista en América latina para la puesta en marcha de una nueva gira desde el segundo semestre del próximo año.
Al día de hoy, no hay argentinos dentro de los cien primeros del ranking mundial, razón contundente para confirmar el declive. En estos dos años, el nivel de nuestros jugadores cayó en un trampolín suficientemente empinado como para que ninguno sea considerado para el equipo de la Presidents Cup, que se realizará en noviembre próximo en Melbourne, Australia. Más: mientras que antes la Argentina tenía garantizada la participación en la Copa del Mundo, ahora está obligada a jugar una clasificación latinoamericana, como la que ocupa esta semana a Julián Etulain y Rafael Gómez en Caracas, donde marchan terceros y a dos golpes de Brasil tras la segunda vuelta.
Por otro lado, la legión de argentinos en el Tour Europeo parece condenada a reducirse, tras varios años de tendencia positiva. Si bien falta para que la temporada concluya, sólo Ricardo González (76°) y Estanislao Goya (85°) están ingresando dentro de los 115 que se garantizan la continuidad en el circuito en 2012. Pero Rafael Echenique, Clodomiro Carranza y Julio Zapata deberán esforzarse para mantener la tarjeta.
En tanto, Ariel Cañete y Daniel Vancsik, que supieron consagrarse en el Viejo Continente en anteriores temporadas, se ubican un escalón abajo, ya que perdieron la categoría full para jugar el calendario completo; les cuesta mucho volver a insertarse, como los argentinos que pugnan desde el Challenge Tour para el circuito mayor de Europa.
José Cóceres disponía de una exención médica para disputar siete torneos en el PGA Tour, pero no ha aprovechado ese derecho. Otro chaqueño, Fabián Gómez, que debutó este año en el máximo circuito, no pudo afianzarse y su permanencia entre los grandes sigue amenazada. La flor en el desierto es Andrés Romero, el único que se clasificó para la FedEx Cup (llegó al tercer playoff) y que en dos oportunidades estuvo a un golpe de ingresar en un desempate para luchar por un título del PGA Tour. El Pigu incluso volvió a jugar un major después de siete ausencias -actuó en el PGA Championship- y con una ganancia total de 1.313.133 dólares superó con creces su condición de miembro del PGA Tour para 2012.
Ángel Cabrera, en cambio, simboliza esta etapa de escasas buenas noticias: nueve cortes fallados de 15 torneos en los Estados Unidos y dos séptimos puestos en el Masters y en Puerto Rico como únicos momentos destacados. Los 490.704 dólares que embolsó le impidieron clasificarse para la FedExCup y al cordobés no le quedó alternativa que descansar en Villa Allende. "Obviamente que si tenés un poco de orgullo, no podés sentirte bien si no rendís. Imaginate: a la FedEx entran 125 tipos ¿Cómo no voy a entrar entre los 125 mejores? Y no entré por poco, porque si pasaba el corte en el PGA Championship, ingresaba. Pero en ese torneo y en otros dos, en Riviera y en San Antonio, hice doble bogey en el hoyo 18 y quedé afuera", comentaba el Pato antes de viajar a Houston para practicar con su instructor, el texano Charlie Epps.

Figurás hoy en el puesto 105° del ranking mundial y suena extraño.
Sí, pero viste cómo es el golf. Lee Westwood llegó a estar 250 del mundo y después se convirtió en N° 1. Padraig Harrington se cayó, Sergio García también sufrió un bajón en su momento. Es muy difícil mantenerse en el golf mucho tiempo y estar ahí. Los tipos que lo hicieron fueron Tiger Woods y Jack Nicklaus, pero estamos hablando de dos fenómenos. Después, no hay otro. Mirá Phil Mickelson: parecía que llegaba a lo más alto, pero hoy está 14°. A nosotros nos cuesta más todavía, es una realidad, ya que no tenemos la conducta deportiva de los más grandes. Yo lo veía a Tiger cuando jugaba bien y, a las 6 de la mañana, estaba metido en el gimnasio; terminaba de jugar y se iba a tirar pelotas. Nosotros, cinco pelotas y a casa. Por eso es muy difícil sostenerse allí arriba.

Igualmente, en tu carrera no hay mucha lógica, porque venías mal antes del US Open 2007 y el Masters 2009 y ganaste los dos torneos.
Por eso sigo sosteniendo: estoy trabajando para lograr el tercer major, aunque acá no se note. Cuando llego a Villa Allende, descanso, aunque en los Estados Unidos estoy todo el día laburando. Charlie Epps es un milico , me levanta a las 6 para empezar. Y si juego a las 10, a las 8 ya tengo que estar en la práctica. No me puedo quejar, porque allá practicar es un placer, los campos de entrenamiento son espectaculares. Allí también están mis hijos [Angelito y Federico] jugando y aprendiendo inglés.

¿Cuál es el balance que hacés hasta aquí de 2011?
No tuve un buen año arriba del green, pero creo que todavía puedo salvar la temporada; la confianza y las ganas siempre están. Es más, no puedo estar una semana sin jugar al golf. Me pasa, quizá, que juego tres torneos seguidos en los Estados Unidos y, cuando vuelvo a Villa Allende, me pregunto: ¿qué hago dos semanas acá sin hacer nada? El golf son esos golpecitos que cuando hacés el clic, te cambia todo, tanto para lo bueno como para lo malo. Me pasó en el último Masters: después del hoyo 9, me decía: ¡Acá tengo que ganar! , pero se me escapó con aquel bogey del 12 y el no haber bajado el par 5 del hoyo 13.

¿Qué torneos vas a jugar?
La próxima semana estaré en el Abierto del Norte, en Tucumán, y luego voy a participar en dos torneos de la Fall Series, en California y Sea Island. Después voy a Malasia, que me puede abrir la puerta para el HSBC Champions de Shanghai. Voy a mejorar; estoy totalmente enfocado para eso.

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