Muerto el rey, viva Nole

Djokovic, el nuevo líder del ranking.
(Getty Images)

El serbio Novak Djokovic accedió hoy a la final de Wimbledon al derrotar al francés Jo Wilfried Tsonga por 7-6 (7/4), 6-2, 6-7 (9/11) y 6-3, en 3 horas y 7 minutos de partido. Con este resultado, Nole será el nuevo número uno del mundo a partir del próximo lunes, independientemente de lo que suceda en la final del tercer Grand Slam del año.
Djokovic viene a romper con la dinastía Federer-Nadal quien reinó en los últimos ocho años.
El serbio sacó provecho de los innumerables errores del francés en el primer set para dominar el mismo, pero la falta de efectividad a la hora de tomar las chances de break ofrecidas por su adversario (1/7), lo llevaron a tener que extremar recursos en el tie break para conseguir doblegar la resistencia de Tsonga.
El francés sintió la pérdida de la primera manga y esto fue aprovechado por Djokovic quien no falló en el segundo parcial como en el primero y con dos quiebres en igual cantidad de oportunidades, consiguió quedarse con el segundo segmento por 6-2 y en apenas 28 minutos.
En el tercer set cambiaron las cosas. Primero porque el serbio veía la proximidad de conseguir lo que tanto buscó y por el otro lado, el francés quien no se iba entregar tan fácilmente.
Los nervios de Djokovic y los 18 tiros ganadores de Tsonga, equilibraron un tercer set que con dos quiebres por lado debió recurrir al desempate para determinar la suerte de ambos competidores.
El desempate fue un verdadero drama, intercambiándose el dominio del mismo y luego de salvar dos match point, Tsonga consiguió descontar la desventaja en el tercer set point.
Esto no amilanó al serbio, quien volvió con todo y rápidamente se puso 3-0 arriba en el marcador.
Por primera vez en el partido los errores superaron a los tiros ganadores del serbio (4/3), pero el quiebre conseguido de entrada le permitió manejar el desarrollo del encuentro y conseguir de esta manera lo que tanto había buscado hasta ahora, ser el número uno del mundo.

NADAL GANÓ SIN PROBLEMAS
El español Rafael Nadal consiguió el pasaje a la final de Wimbledon y desilusionó una vez más a la afición local al derrotar al británico Andy Murray por 5-7, 6-2, 6-2 y 6-4, en 3 horas de partido.
Los ingleses vieron frustrarse una vez más la chance de que un jugador del Reino Unido pudiera volver a ser el campeón en el All England.
Murray se quedó con el primer parcial ilusionando al público presente pero una vez más apareció el mallorquín quien defenderá este domingo el título conseguido en la edición 2010 pero no podrá evitar perder el liderazgo mundial que ya es patrimonio del serbio Novak Djokovic.
El británico comenzó con molestias y el sólo hecho de haber ganado el primer parcial hizo que siguiera en el partido, pero a partir de que Nadal consiguió hacerse del segundo, el británico desapareció del match y la marca de 39 errores no forzados, contra los siete de Nadal, hablan a las claras de las sensaciones de cada uno.
La lesión que supuestamente había aquejado al mallorquín ante el argentino Juan Marín Del Potro ya forma parte del pasado y hasta se supo en los corrillos de la Catedral del tenis que el español había ido a disculparse ante el tandilense luego del partido para evitar suspicacias y no hizo más que potenciarlas ya que si la lesión realmente hubiese existido no había razón para pedir disculpas.
Wimbledon tendrá el domingo frente a frente al campeón saliente y al pretendiente; al ex número uno y al nuevo líder del ranking a partir del próximo lunes.
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