El argentino Juan Mónaco se recuperó de la desventaja inicial y en el set definitivo, para derrotar a Gael Monfils y avanzar a octavos en Miami donde enfrentará a Andy Roddick, quien eliminó a Federer.
El tandilense creció a partir de la adversidad. (Getty Images) |
El primer set fue muy inestable y los errores, especialmente del lado argentino, terminaron inclinando la balanza a favor del francés. Mónaco jugó de manera fantástica la segunda manga y en el parcial definitivo se quedó con los últimos cuatro games para alcanzar los octavos donde enfrentará al estadounidense Andy Roddick, quien dio la nota al derrotar al tercer preclasificado: Roger Federer.
CONVIVIR CON EL BREAK
Mónaco tuvo muchos problemas con el servicio en la primera manga y ello lo llevó a tener que convivir con ocho de las doce situaciones de break del partido.
Pico salvó dos chances de ruptura en el tercero y luego de levantar un 0-40 en el quinto, terminó perdiendo el saque en la sexta oportunidad de quiebre del segmento.
El argentino salió a buscar venganza y consiguió recuperar la desventaja en el sexto, pero en el siguiente volvió a entregar el saque al fallar una volea muy fácil en el corolario de tres errores no forzados seguidos.
La desazón del tandilense terminaría de completarse en el décimo game, cuando desperdició tres chances seguidas para recuperar la desventaja.
DEL DÍA A LA NOCHE
El segundo parcial fue una verdadera sorpresa ya que fue como si Mónaco cambiara el chip antes de salir a jugar pues fue un jugador totalmente distinto.
El tandilense quebró el servicio de Monfils en el segundo game y se puso rápidamente 3-0 en el marcador.
Pico fue una verdadera máquina y a pesar de perder dos chances más de break en el sexto y otra en el octavo punto, la solidez de su servicio no le dio ninguna oportunidad de recuperarse al francés. El argentino ganó los catorce puntos que jugó con su primer saque y perdió solamente dos con el segundo para quedarse con un segundo parcial de alto vuelo.
EMOCIONES A RAUDALES
El set definitivo fue aún más emotivo que los anteriores y a pesar de que Monfils estuvo dos veces en ventaja, el tandilense tuvo el suficiente amor propio para revertir la adversidad a pesar de los horrores que cometió durante algunos pasajes del partido.
En los dos primeros games ambos jugadores tuvieron que convivir con un 0-30 y Monfils pudo salir adelante, mientras que Mónaco no y rápidamente se puso 0-2.
Una doble falta del europeo le permitió al bonaerense recuperar el break y a partir del resurgimiento de su servicio igualar el match 2-2.
La ansiedad que caracteriza al argentino en muchos de sus encuentros y algunos horrores propios de un aficionado lo llevó a entregar nuevamente el saque y quedar 2-4 en el marcador.
A partir de la segunda desventaja apareció el otro Mónaco, el que va a entregar la vida en cada punto y haciendo gala de una gran vergüenza deportiva salió a jugarse para recuperar la desventaja.
El argentino revirtió un 0-30 en el séptimo game y en el octavo se aprovechó de una doble falta de Monfils para lograr los dos breaks que le permitieron sacar para partido y cerrando en cero con su servicio logró el pasaje a la siguiente ronda.
• Backswing
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