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sábado, 12 de noviembre de 2011

La sinfonía suiza

Federer jugó como los dioses.
(Gentileza ATP)
El suizo Roger Federer volvió a dar una verdadera cátedra de tenis en una de las semifinales del Masters 1000 de París al derrotar al checo Tomás Berdych por 6-4 y 6-3, en 1 hora y 20 minutos de partido.
La actuación del exnúmero uno del mundo distó mucho de lo hecho en la víspera ante el tandilense Juan Mónaco y donde se limitó a jugar con los errores del argentino.
En el día de hoy se vio a un Federer totalmente distinto, jugando prácticamente a la perfección, con un tenis de altísimo vuelo y muy placentero para los espectadores que aplaudieron a rabiar durante varios pasajes del encuentro.
El suizo fue contundente con su servicio, donde perdió solamente tres puntos con el primero a lo largo del match, uno en el primero y dos en el segundo set.
Federer comenzó quebrando el saque de Berdych en el primer punto del encuentro y esto fue suficiente para quedarse con la primera manga ya que el checo no dispuso de ninguna oportunidad de recupero, de hecho no tuvo ninguna chance de break en el partido.
En el comienzo del segundo parcial la historia se repetiría ya que Federer volvió a quebrar el saque de Berdych y a partir de ahí todo fue un trámite, en el cierre, Roger volvería a quebrar y esta vez en cero para graficar el desarrollo del partido en el que uno fue el encargado de la música y el otro el de bailar.
El rival del suizo en la final será el francés Jo Wilfried Tsonga quien derrotó en tres sets al estadounidense John Isner por 3-6, 7-6 (7/1) y 7-6 (7/3), en 2 horas y 58 minutos de partido.
Ambos jugadores estuvieron muy atinados con el servicio a tal punto de quebrarse en una sola oportunidad a lo largo de casi tres horas de partido.
•Backswing

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