En el día del cumpleaños 92 de Nelson Mandela, un golfista blanco y un caddie de color, le dieron a Sudáfrica, -una nación castigada por las continuas luchas de raza- el Open Championship, tercer Major de la temporada 2010 y la competencia que todo golfista europeo o no estadounidense quiere ganar.
Un score final de 272 impactos (-16), con parciales de 65, 67, 69 y 71, todas rondas debajo del par, le permitió coronar una semana de ensueño en St. Andrews, Escocia, y respaldado por un excelente juego con su driver que no lo abandonó nunca y una gran efectividad con el putter.
Si bien el juego del sudafricano fue muy bueno, también contó con la fortuna de salir a jugar el jueves por la tarde, cuando no sopló nada de viento en todo el día y el viernes en horario matutino, cuando también las condiciones climáticas fueron benignas.
Oosthuizen comenzó a construir su victoria a partir de los doce bajo el par anotados hasta ahí y con una pasmosa tranquilidad que solo poseen los grandes campeones, una faceta en su personalidad que puede haber sorprendido a propios y extraños.
La última ronda parecía ser un match play entre el sudafricano y el inglés Paul Casey, primero y segundo con -15 y -11, respectivamente, ya que los terceros se encontraban a ocho golpes y tan solo una catástrofe de los líderes los podría meter en la pelea.
El comienzo de la última vuelta mostró a un Oosthuizen conservador y sin arriesgar absolutamente nada, contando además con la complicidad de sus seguidores quienes tampoco hacían nada para inquietarlo, sino que por el contrario, tan solo conseguían alejarse más.
La pelea por la Jarra Claret duró hasta el hoyo 12, donde un error de Casey lo obligó a anotar un triple bogey en su tarjeta, contra el birdie del sudafricano, transformando la diferencia entre ambos que era hasta ahí de cuatro golpes, a ocho, un abismo de distancia con tan solo seis hoyos por jugar.
Este joven de 27 años de edad, quien consiguió hoy apenas la segunda victoria de su carrera, (anteriormente había ganado el Open de Andalucía este año) se quedó también con el cheque más importante, un millón de euros, y además ascendió al puesto 15 en el ranking mundial.
La competencia marcó también la eliminación de los cordobeses Ángel Cabrera y Tano Goya, poniendo de manifiesto el escaso protagonismo de los golfistas argentinos en la temporada.
Zapata se cayó al final
El argentino Julio Zapata no pudo sostener el ritmo de las tres primeras rondas en el Credit Suisse Challenge, que concluyó hoy en Suiza y finalizó en la octava colocación con 271 golpes (-17), al igual como había comenzado la última vuelta.
Los primeros nueve hoyos del rafaelino transcurrieron sin poder modificar el par de la cancha.
Los cambios se produjeron a partir del 10, donde anotó bogey, al igual que en el 16. Dos birdies consecutivos en el cierre, le permitieron atenuar el impacto negativo de los errores anteriores, pero el sabor agridulce de sentirse tan cerca y no poder hacer nada al respecto para pelear el título, habrán tardado de ser digeridos.
El torneo quedó en manos del italiano Alessandro Tadini con un acumulado de 266 golpes (-22).
Mala incursión de los misioneros en Colombia
A la no clasificación del posadeño Federico Damus para disputar los últimos 36 hoyos en el Abierto Internacional de Golf Copa Sura, se le sumó hoy la deserción de su coterráneo Francisco Ojeda, quien se vio obligado a abandonar la competencia por descalificación.
El torneo correspondiente al Tour de las Américas que concluyó hoy en Medellín y que repartió 50 mil dólares en premios, tuvo como ganador al local Jesús Amaya con 266 golpes (-22), seguido del tucumano César Costilla con 270.
Cierre gris de Gómez en Ohio
El chaqueño volvió a firmar una tarjeta con pocos aciertos, al igual que en la primera ronda del Chiquita Classic que finalizó en Cincinnati, Ohio.
Un score de 71 golpes, para un acumulado de 277 (-11), lo retrotrajeron en el clasificador hasta el puesto 52 y muy lejos del ganador, el estadounidense Tommy Gainey.
•Backswing
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