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lunes, 12 de septiembre de 2011

Nole, el más grande de todos

Indiscutiblemente, el mejor.
(Gentileza sitio del torneo)
La luna llena y el Arthur Ashe fueron mudos testigos de otra épica batalla entre los dos mejores tenistas del planeta y hasta el día fue distinto para ponerle un marco especial a otra actuación descomunal entre el número uno del ranking de la ATP, el serbio Novak Djokovic y el número dos del escalafón, el español Rafael Nadal, quienes tuvieron que esperar hasta el lunes para decidir quién se quedaba con el último Grand Slam de la temporada.
El resultado final le correspondió al mejor jugador del momento, Novak Djokovic, quien se impuso por 6-2, 6-4 6-7 (3/7) y 6-1, en 4 horas y 10 minutos de partido.
Nole ganó su tercer Grand Slam de la temporada, el cuarto de su carrera y el primer US Open, además obtuvo el 64° triunfo en 66 encuentros en lo que va de la temporada, una cifra que está mucho más allá de la lógica.
Esta fue la sexta final consecutiva que enfrentaba a ambos competidores en el 2011 y todas ellas quedaron en manos de Djokovic, una paternidad que no admite discusiones, aunque Rafa se impone 16/12 en el global.

COMIENZO AVASALLANTE
Sin dudas que por las características de cada uno de los finalistas, el gasto del partido pasaría por las manos del serbio quien salió a atacar desde el mismo comienzo del match superando ampliamente en tiros ganadores al español, sustentado en la solvencia con su servicio y en lo incisivo de las devoluciones del servicio de Nadal que le permitieron generar 26 chances de break al mallorquín, una cifra que nadie antes había logrado.
Djokovic quebró en once de ellas y de no haber sido por la gran garra y vergüenza deportiva del español, el encuentro no hubiese pasado del tercer set.
Luego de seis quiebres en 16 oportunidades, el serbio sacó una ventaja de dos sets a cero que por ese entonces parecía imposible de revertir, aún para Nadal.
La garra del español -nunca puesta en duda-, y su vergüenza deportiva, le hicieron recuperarse de tres breaks en contra en el tercer parcial para terminar imponiéndose en el tie break en el mejor segmento del partido, especialmente luego de promediar el mismo.
El número uno del mundo acusó el cansancio y su primer servicio dejó de funcionar, lo que fue aprovechado por Nadal para ganar el tercer parcial e intentar cambiar su suerte.
En el comienzo del cuarto segmento el serbio solicitó la presencia del trainer y las manos mágicas del especialista obraron milagros en la humanidad de Djokovic quien retomó la efectividad de los dos primeros sets y luego del quiebre del segundo game; concretado en la quinta oportunidad consecutiva, arrolló a su oponente quien sintió el impacto de la ruptura y el final fue un concierto por parte de Djokovic quien ganó 12 de los últimos 14 puntos que jugaron para consagrarse por primera vez en la máxima cita del tenis estadounidense, quien se convirtió en el cuarto ganador distinto en los últimos cuatro años.
•Backswing

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